Existe una frase grabada en la memoria colectiva de los mexicanos nacidos antes de los 80: "Haste, la hora de Mexico".
Hoy en dia, hablamos de Rolex o Omega, pero hubo una epoca dorada, el "Milagro Mexicano" (desarrollo estabilizador), donde el tiempo de la nacion lo marcaban dos marcas hermanas: Haste y Steelco. Esta es la historia de como una empresa familiar trajo la precision suiza y le dio un corazon latino.
El visionario Harry Steele
La historia comienza con Harry Steele, un inmigrante estadounidense que llego a Mexico a principios del siglo XX. En 1921, fundo la compañia "H. Steele y Cia".
Steele entendio algo fundamental: Mexico estaba creciendo, se estaba modernizando y la gente necesitaba puntualidad. Pero no podian pagar los precios de las marcas de lujo importadas. Su solucion fue brillante: Importar movimientos y piezas de alta calidad desde Suiza (de manufacturas respetadas como Buren o Leonidas), pero ensamblarlos y comercializarlos en Mexico bajo marcas propias.
Marketing Genial: "La Hora de Mexico"
El exito de Haste no fue solo tecnico; fue publicitario. Se convirtieron en los cronometradores oficiales del tiempo en la radio y la television.
"Son las ocho en punto... Haste, la hora de Mexico".
Esta repeticion constante asocio la marca con la verdad absoluta del tiempo. Tener un Haste era tener la hora correcta.
Sus disenos en los años 40, 50 y 60 eran exquisitos. Hoy en dia, los coleccionistas buscan los modelos Haste de Luxe o los cronografos con movimientos Valjoux (los mismos que usaban marcas como Heuer en esa epoca) que se vendian en joyerias de la Ciudad de Mexico por una fraccion del precio.
¿Que paso con ellos?
Como muchas grandes historias relojeras, la crisis del cuarzo y la apertura comercial de los años 80 y 90 golpearon duro. La entrada masiva de relojes asiaticos baratos y marcas de moda desplazo a los viejos gigantes nacionales.
La empresa cambio de manos y, aunque la marca Haste sigue existiendo hoy en dia en tiendas departamentales, para los puristas, la magia reside en las piezas "vintage".
Encontrar un Haste antiguo en un bazar o en el cajon del abuelo es encontrar un tesoro. A menudo, si abres la tapa, encontraras maquinaria suiza de primer nivel latiendo dentro, escondida bajo el nombre de la marca que enseño a un pais entero a llegar puntual.
